En el marco de la Solemnidad de la Santísima Trinidad, el movimiento laico Unión de Voluntades realizó su XIX Peregrinación anual a la Casita Sagrada del Tepeyac, como signo de amor y gratitud a Dios Uno y Trino, y a la Virgen Santísima de Guadalupe, Madre de todos los pueblos.
Con el lema: “Caminemos con fe y esperanza a la Casita Sagrada del Tepeyac para, ante la bendita imagen de nuestra Madre Santa María de Guadalupe, podamos consagrarnos enteramente a la Santísima Trinidad y a su Inmaculado Corazón, en la vida, en la muerte y hasta la eternidad”, los fieles reafirmaron su compromiso cristiano con la defensa de la vida, la familia y la paz.
Desde temprana hora, miembros de Unión de Voluntades, vestidos de blanco, se congregaron en la Parroquia de Santa María Capuchinas para un momento de adoración eucarística, elevando sus oraciones por la justicia, la unidad, la solidaridad, así como por las necesidades de las familias y la promoción de los valores humanos y cristianos, inspirados en el testimonio de fe de San Juan Diego.
Posteriormente, a las 11:00 hrs, se celebró la Santa Misa en el Altar Mayor de la Basílica de Guadalupe, presidida por el Canónigo P. Luis García, acompañado por el Excmo. Mons. Basilio Yaldo, Obispo auxiliar de Bagdad, quien conmovió a los presentes al rezar el Padre Nuestro en arameo, la lengua de Jesús.
Durante la homilía y el acto de consagración, los participantes renovaron su entrega al servicio de Dios y de la Virgen María, comprometiéndose a seguir siendo testigos de la Vida, la Verdad y la Libertad en medio del mundo.
Cabe resaltar la presencia de hermanos mazahuas provenientes del Estado de México, quienes se unieron espiritualmente a esta peregrinación para pedir especialmente por las comunidades indígenas del país y por quienes sufren discriminación y falta de oportunidades. Su presencia recordó que la fe en la Morenita del Tepeyac une a todos los pueblos bajo su maternal amparo.
Así, Unión de Voluntades continúa su caminar con fe, llevando el Evangelio a la vida pública y ofreciendo su testimonio en favor de la dignidad humana, la justicia y el bien común.
Por: Miriam Apolinar.